Beijing, 11 nov (RHC) Los discursos pronunciados en la Cumbre del Foro de Cooperación Asia-Pacífico por los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de China, Xi Jinping, se situaron en polos opuestos de un mundo globalizado.
Las alocuciones de los dos gobernantes dejaron una forma muy diferente de ver y asumir ese mundo y, en consecuencia, dejaron sabores distintos en un auditorio que ya esperaba algo de eso.
Primero en el uso de la palabra, Trump advirtió que no suscribiría grandes acuerdos que considerara desventajosos para su país y se mostró partidario de los tratados bilaterales antes que del multilateralismo.
En contraste con Trump, Xi Jinping se pronunció por el libre comercio, la multilateralidad y calificó a la globalización como una tendencia histórica irreversible.
El mandatario chino indicó que las naciones menos desarrolladas van a beneficiarse del crecimiento económico de su país, y llamó a las demás naciones a preservar el multilateralismo mediante la cooperación y la estrecha asociación.
Igualmente autoridades de China, Latinoamérica y el Caribe inauguraron en el país asiático una zona que permitirá estimular las relaciones de cooperación económica y comercial entre las tres partes.
La instalación ocupa una superficie de 8,7 hectáreas y está ubicada de forma estratégica en la zona de libre comercio de Hengqin, cercana a las regiones administrativas especiales de Macao y Hong Kong.
En la ceremonia de inauguración los directivos al mando destacaron las ventajas financieras, tributarias, tecnológicas, de infraestructura y en políticas preferenciales, que proporcionará el espacio para el intercambio de mercancías entre dichas regiones.
Así a Latinoamérica y al Caribe quedan vinculados con el proyecto de la Franja y la Ruta, iniciativa promovida desde 2013 por el presidente chino, Xi Jinping, para interconectar a varios continentes en una gran red de cooperación comercial, económica y cultural.