Nueva York, 6 dic (RHC) Desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hasta Arabia Saudita, aliado de Estados Unidos (EE.UU.), han rechazado la posibilidad de que el presidente norteamericano Donald Trump reconozca a Jerusalén como capital de Israel.
Un alto funcionario de la Casa Blanca confirmó el rumor: Trump anunciará este miércoles que la embajada de EE.UU. ubicada en Tel Aviv, será trasladada a Jerusalén; una medida “unilateral” muy dañina, sostuvo Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres, apunta Telesur.
"Siempre hemos considerado que el estatus final de Jerusalén debe resolverse a través de la negociación directa de las dos partes (Palestina e Israel), basada en las relevantes resoluciones del Consejo de Seguridad", afirmó Dujarric en su rueda de prensa diaria.
El Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) expresó su "grave preocupación" por la decisión del republicano. En un comunicado difundido por la Cancillería venezolana se recordaron las resoluciones de la ONU en las que se habla de Israel como "potencia ocupante" y se pide retirar toda legación diplomática de la Ciudad Santa.
Aunque Israel considera a Jerusalén su capital, la soberanía del país sobre la parte oriental de la ciudad de Jerusalén no está reconocida por gran parte de la comunidad internacional, que mantiene su aparato diplomático en Tel Aviv y sus suburbios.
Declarar a Jerusalén como la capital de Israel es una ofensiva retórica que podría tener consecuencias peligrosas. Estados Unidos nunca ha respaldado la afirmación de soberanía del Estado judío sobre ninguna parte de esa ciudad, y ha insistido en que su estatus sea determinado con base en negociaciones entre los israelíes y los palestinos.
El MNOAL, cuya secretaría general detenta en la actualidad el presidente venezolano Nicolás Maduro, "advierte enérgicamente que tales acciones provocativas" están "en desacato de las resoluciones del Consejo de Seguridad" y "aumentarán aún más las tensiones" en la zona, "con potenciales repercusiones de gran alcance".
En perspectiva más religiosa, el rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdelaziz, consideró que se trata de un “paso peligroso” y “provocador para los sentimientos de todos los musulmanes del mundo, debido al lugar destacado que ocupa la mezquita de Al Aqsa" de Jerusalén (el tercer lugar más sagrado del islam tras La Meca y Medina).
Diversos líderes del mundo han expresado su desacuerdo con la decisión, entre ellos el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien inclusive amenaza con romper relaciones con Israel. “Es una línea roja para el orbe musulmán”, sentenció.