Naciones Unidas, 15 dic (RHC) El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebra este viernes una reunión a nivel ministerial para abordar las amenazas que representan las armas nucleares y dedica especial atención a la crisis en la Península Coreana.
Según anunció la misión de Japón en ONU -país en la presidencia rotatoria del órgano de 15 miembros-, la sesión de este viernes volverá a analizar los lanzamientos de misiles balísticos de prueba realizados en 2017 por la República Popular Democrática de Corea (RPDC), informa Prensa Latina.
Como respuesta a esas acciones, el Consejo de Seguridad aprobó varias sanciones contra la nación asiática (centradas, sobre todo, en un cerco comercial) y proyectan ahora aumentar la presión por medio de nuevas resoluciones.
Además de la cita ministerial -celebrada en abril- sobre la desnuclearización de la Península Coreana, se han realizado unas siete reuniones más sobre el mismo tema, sin tener en cuenta las sesiones informativas desarrolladas tras las pruebas nucleares.
Mientras la mayor parte del Consejo de Seguridad se enfoca en fortalecer las medidas punitivas, China y Rusia defienden con insistencia una solución política.
Postura similar adopta el secretario general de ONU, António Guterres, que aboga por encontrar una alternativa diplomática dirigida a aliviar las tensiones y expresa su compromiso de trabajar con todas las partes implicadas en el conflicto.
También, el secretario general adjunto de Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, considera que el Consejo de Seguridad está convencido de la importancia de una solución pacífica y diplomática.
Recientemente, Feltman realizó una visita a la RPDC y sostuvo encuentros con funcionarios que 'escucharon atentamente las propuestas y ahora seguramente las debatirán con sus altos líderes', dijo.
Pyongyang argumenta que la presencia de casi 40 mil tropas norteamericanas en la Península y la celebración maniobras militares sistemáticas, amenazan de manera directa su seguridad.
En ese sentido, apela a los lanzamientos de prueba como su derecho a la legítima defensa frente a la hostilidad de Washington y sus aliados.
Hasta la fecha, la nación asiática descarta abandonar su estrategia de la disuasión nuclear: el más reciente lanzamiento de prueba ocurrió a finales de noviembre último.