Río de Janeiro, 22 feb (RHC) El gobierno brasileño informó del incremento del número de muertes causadas por la brote de fiebre amarilla que hay en el país y a 564 los casos confirmados, desde julio del año pasado.
En su boletín semanal, el Ministerio de Salud aseguró que 164 personas han muerto por esta enfermedad y que se registraron 1.773 casos sospechosos de fiebre amarilla durante ese periodo, de los cuales, 685 fueron descartados, 422 están bajo investigación y 545 finalmente se confirmaron, la mayoría en la región sureste del país.
El estado de Minas Gerais es el que tiene más casos y muertes (264 y 77 respectivamente), seguido de de Sao Paulo, con 208 ocurrencias y 57 muertes, y Río de Janeiro (72 casos y 29 fallecimientos). Los tres son los tres estados más poblados de Brasil.Las cifras desde el 1 de julio de 2017 son muy parecidas a las del período entre el 1 de julio de 2016 y el 16 de febrero de 2017, fueron confirmados 557 casos y 178 muertes.
La región sureste de Brasil vive un brote de fiebre amarilla que ha puesto en alerta las autoridades sanitarias, que lanzaron una campaña masiva de vacuncación para evitar más contagiosos.
La campaña, que pretende vacunar a cerca de 20 millones de personas, cuenta con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), está destinada a aplicar la vacuna fraccionada, que es igual de efectiva que la estándar, pero no garantiza la inmunización de por vida, solo por unos años.Por el momento, todos los casos de fiebre amarilla registrados en Brasil son del tipo silvestre, transmitida por mosquitos de las especies Haemagogus y Sabethes, presentes en zonas boscosas. La última vez que hubo un caso de fiebre amarilla de tipo urbano fue en 1942.
Dos jóvenes chilenos que pasaron unos días en Ilha Grande, una paradisíaca isla tropical del estado de Rio de Janeiro, fallecieron por el brote de fiebre amarilla que acecha a Brasil.
'Los dos chilenos fueron los dos últimos casos de muerte por fiebre amarilla registrados en Angra' dos Reis, el principal puerto de la Costa Verde carioca, dijo la secretaría de Salud del estado de Río de Janeiro.
Felipe Santander, de 35 años, estaba de vacaciones con su novia en la isla desde finales de diciembre y falleció el viernes pasado en el hospital al no estar vacunado contra la enfermedad.
Mientras que Ernesto Antonio Faúdez, de 20, estaba con un grupo de amigos y murió el martes también en el hospital.
El martes se confirmó el primer caso importado de fiebre amarilla en Argentina de un joven que también pasó unos días en Ilha Grande y que aparentemente está fuera de peligro.
Ilha Grande es uno de los destinos predilectos de los turistas que visitan Rio de Janeiro por sus playas vírgenes que, a menudo, requieren excursiones por medio de la selva, donde proliferan los mosquitos.
La fiebre amarilla es transmitida a los humanos por la picadura de mosquitos que antes picaron a un mono infectado. En Brasil se presenta en la modalidad silvestre y esta restringida a zonas boscosas.
La fiebre amarilla provoca fiebre, escalofríos, fatiga, dolores de cabeza y musculares, generalmente asociados con náuseas y vómitos. Los casos severos conducen a una insuficiencia renal y hepática, ictericia y hemorragia.