Managua, 10 jul (RHC) Habitantes del municipio Diriamba, en Carazo, Nicaragua, salieron a las calles a denunciar la complicidad de la Iglesia católica con grupos terroristas, que según los manifestantes, mantuvieron secuestrada a la población durante semanas, impidiendo la libre circulación.
Decenas de personas se movilizaron a la Basílica Menor de San Sebastián, donde reclaman al párroco César Castillo la entrega del templo que según afirman, fui utilizado para dar refugio a grupos violentos, destaca Telesur.
Una serie de videos publicados en un medio local muestran a los habitantes convocándose frente a la Iglesia para exigir la entrega de las armas escondidas en el santuario.
“¡Que saque las armas, que salga el padre, queremos la Iglesia!”, exclamaron los pobladores.
A su vez, este lunes las familias de Diriamba recibieron a la Policía Nacional que llegó a ese municipio para acompañar a los pobladores en el restablecimiento de la tranquilidad, tras semanas de terror.
Nicaragua vive desde el 18 de abril pasado un clima de violencia promovida por grupos extremistas de la derecha, generada a partir de una serie de protestas contra una reforma a la seguridad social, que luego fue revocada en pos del diálogo.
Sin embargo, la violencia continuó y hasta la fecha ha dejado 214 muertos, ademas de cientos de heridos y pérdidas materiales en instituciones públicas y privadas.
La Conferencia Episcopal tomó el rol de mediadora en las mesas de diálogos entre el Gobierno y sectores de la oposición, establecidas en el mayo con el fin de restablecer la paz en el país. Sin embargo, analistas sostienen que la Iglesia católica ha mantenido una posición parcial a favor de la oposición, muchas veces instando a la desobediencia civil y a la violencia.
(Telesur)