Buenos Aires, 11 sep (RHC) Una concentración de protesta realizaron los trabajadores de Justicia y Seguridad de Argentina frente a la sede del Ministerio de Hacienda, cuya reducción puede provocar 10 000 despedidos.
Empleados de los ministerios de Justicia y Derechos Humanos y de Seguridad nucleados en la Unión de Personal Civil de la Nación para repudiar el ajuste en el sector y defender tanto las fuentes laborales como sus salarios.
El gremio considera que la iniciativa de Cambiemos afectaría a 10 000 trabajadores de ser despedidos, lo cual genera angustia, y espera una convocatoria del Poder Ejecutivo para obtener precisiones sobre lo que sucederá.
A pesar de que la Plaza de Mayo tenía las rejas cerradas para evitar el paso, se ubicó la protesta en las inmediaciones de la Casa Rosada, donde, rodeados de un importante operativo de seguridad policial, los empleados entregaron un petitorio para que se desestimen las medidas.
Nilda Garré, diputada del Frente para la Victoria y ex ministra de Seguridad, presentó un pedido de informes en la Cámara de Diputados, firmado por integrantes de ese bloque, para que el gobierno explique cómo se preservarán las fuentes de trabajo y se hará para garantizar la calidad y la mejora continua de los servicios administrativos involucrados.
Igualmente cientos de organizaciones sociales y políticas del mundo formaron la Confluencia contra el G20 y el FMI, una gran plataforma lanzada para contrarrestar la Cumbre de ese poderoso foro, cuyos líderes se reunirán en la capital bonarense en noviembre.
Desde el corazón de esta capital hasta Europa, en el espacio hay representaciones de movimientos que aúnan a millones de trabajadores, jubilados, indígenas, jóvenes, por solo citar algunos, quienes saldrán a marchar el 30 de noviembre próximo contra el G20, en medio del encuentro que tendrá, entre otros invitados, al presidente estadounidense, Donald Trump.
La Confluencia fue lanzada con la presencia de diversos grupos de la lucha contra el neoliberalismo en la región y otros países distantes y según sus gestores, busca crear una gran movilización para hacer frente al capital representado en el G20, juntar fuerzas sociales para demostrar desde Argentina que la lucha sigue en pie.
No aceptamos la forma agresiva como el capital está tratando la naturaleza, nuestros bienes sagrados y a nuestra gente. Los ataques homofóbicos, el saqueo de nuestras riquezas y contra los derechos laborales, sostuvo uno de los representantes brasileños de esta gran convocatoria, devenida resistencia de los pueblos contra el capital y el neoliberalismo.
Desde el 25 de noviembre hasta el 1 de diciembre venidero las organizaciones participantes saldrán a las calles de Buenos Aires y de manera simultánea en otros países para expresar su repudio al G20 y al Fondo Monetario Internacional en busca de demostrar al mundo “que es posible construir la unidad en la diversidad para enfrentar los ataques de las trasnacionales”.
En declaraciones a la prensa, Beberly Keene, una de las representantes de la Confluencia fuera G20 y FMI (Fondo Monetario Internacional), afirmó que la gran movilización comenzó ya a tomar cuerpo y se espera una importante manifestación el 30 de noviembre, día en que comenzará la Cumbre.
Estamos consciente de que tiene que ser masiva y sabemos qué tendremos que hacer frente al operativo de seguridad que el Gobierno argentino empezó hace más de un año a planificar.
Tenemos un reto importante de llevar la expresión masiva del pueblo argentino, latinoamericano y del mundo frente a un club de amigos que como siempre busca ordenar el mundo de acuerdo a sus propios intereses, sostuvo.
Keene destacó la importancia de que en esta Confluencia estén representadas numerosas organizaciones argentinas, todas las centrales sindicales y un enorme caudal de representaciones sociales, de derechos humanos, feministas, jubilados, indígenas, estudiantes también en el exterior, con el compromiso común de enfrentar ese momento.
En la agenda de la Confluencia habrá también una Cumbre de los pueblos los días previos a la reunión de líderes del G20, donde los movimientos sociales de todo el mundo harán varios paneles y foros para demostrar que hay hoy alternativas a las políticas que promueve el foro instituido en 1999 y que agrupa a 19 países más la Unión Europea.
En el llamamiento puesto en marcha, la Confluencia señala que Argentina es hoy día un laboratorio concentrado de las políticas de liberalización, deuda y privatización que impulsan el G20 junto al FMI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y otros y que han hipotecado el futuro del país y condenado a millones de trabajadoras a la exclusión y miseria.
“Consideramos que esta Cumbre de los países más poderosos del mundo con otros llamados emergentes, servirá como una nueva plataforma de impulso a políticas públicas en contravía de los progresos alcanzados internacionalmente en materia de derechos humanos, paz y soberanía”, señala el texto.