Buenos Aires, 13 sep (RHC) Los maestros argentinos protestaron frente a la sede del Congreso de la Nación porque se iba a discutir un tema sobre la emergencia educativa pero resultó pospuesto ya que no hubo el quórum necesario en la asamblea.
Profesores de todas las edades, de las nuevas generaciones y de las más longevas, madres con sus guardapolvos blancos (uniforme distintivo que identifica a la educación pública) de la mano de sus pequeños hijos, jóvenes estudiantes que sueñan algún día ejercer el magisterio y hoy defienden la lucha de sus maestros, el paro nacional de los docentes se siente con fuerza en Buenos Aires y en otras partes.
En el fondo las arengas, el repique de tambores, los celulares para captar el instante de lucha que se respira en la Argentina de 2018, y, por supuesto, las frases que hoy quizás más abundan en las calles, en cada manifestación de los docentes este año: con hambre no se puede aprender ni enseñar, sin escuela pública no hay igualdad.
La marcha de los docentes se respira en Buenos Aires, pero también en otras localidades del país como en el propio courbano bonaernese, donde los cinco gremios que componen el Frente de Unidad Docente salieron a solidarizarse con Corina de Bonis, la maestra torturada ayer mientras regresaba de participar en una medida de fuerza del sector.
“A nuestros reclamos de escuelas seguras y salarios dignos hoy tenemos que agregarle un pedido: no torturen a los docentes”, apuntó el líder del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación en Buenos Aires, Roberto Baradel, quien responsabilizó al Gobierno provincial por lo sucedido con De Bonis.
La mayoría de las escuelas se encuentran vacías hoy y muchos alumnos se quedaron en casa. En tanto en las calles de todo el país las marchas se suceden en plazas y parques con una frase que retumba: basta de ajustar en la educación.