Califican de irrespetuoso desempeño de jueza que interrogó al expresidente Luiz Inácio Lula

Editado por Nuria Barbosa León
2018-11-16 22:16:06

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Exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva

Brasilia, 16 nov (RHC) La presidenta del Partido de los Trabajadores de Brasil, Gleisi Hoffmann, califica de autoritario e irrespetuoso el desempeño de la jueza Gabriela Hardt durante el interrogatorio realizado el miércoles al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.

En Brasilia, la capital expresó la dirigente partidista que en tiempos del presidente electo de Jair Bolsonaro en el poder sus seguidores se revelan en comportamientos, en tanto, aseveró que Lula fue digno, como siempre.

Asimismo consideró que el proceso por el caso Atibaia resulta más un teatro armado por la Lava Jato, investigación sobre corrupción, que actúa en el país como si fuese un partido.

Igualmente la líder política manifestó que la ida del cuestionado juez Sérgio Moro para el futuro gobierno de extrema derecha de Bolsonaro sería prueba concreta del odio político e ideológico contra el Partido de los Trabajadores y Lula.

Durante la audiencia con la jueza Gabriela Jardt, quien reemplazó temporalmente a Moro, el exdirigente obrero, de 73 años, ratificó su inocencia y calificó de farsa las acusaciones que penden sobre él por supuestos actos de corrupción.

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ratificó su inocencia y calificó de farsa las acusaciones que penden hoy sobre él por supuestos actos de corrupción, durante un interrogatorio que enfrentó en la Justicia Federal de Paraná.

“En el primer proceso que he sido víctima es una farsa, una mentira del Ministerio Público, con Power Point. La segunda es otra farsa, estoy pagando ese precio. Voy a pagar porque soy un hombre que creo en Dios, en la justicia y un día la verdad va a prevalecer sobre lo que está pasando”, afirmó durante la audiencia.

Por vez primera en siete meses, el exdirigente obrero abandonó la Policía Federal en Curitiba y se trasladó para la sede judicial para responder al interrogatorio de la jueza Gabriela Hardt, quien sustituye temporalmente al magistrado Sérgio Moro en las investigaciones de la operación Lava Jato sobre actos de corrupción.

Designado ministro de Justicia por el presidente electo, Jair Bolsonaro, Moro fue quien condenó a Lula y lo encerró el 7 de abril para que cumpliera una pena 12 años y un mes por presunta corrupción pasiva y lavado de dinero.

Entre preguntas y cierta tirantez en la sala, el exmandatario manifestó sentirse como un trofeo, 'un trofeo que la Lava Jato precisaba entregar. No sé por qué no les gusto, pero yo era un trofeo que necesitaban entregar'.

Negó cualquier vínculo sobre aparentes transformaciones hechas a una hacienda en Atibaia, interior de Sao Paulo, atribuida de facto a él y que habrían sido pagadas por empresas constructoras entre 2010 y 2014 a cambio de contratos con la compañía Petróleo Brasileiro S.A. (Petrobras).

"La hacienda no era mía y yo no tenía obligación de preguntar ni de saber", insistió el fundador del Partido de los Trabajadores (PT), quien se siente perseguido políticamente y cansado de mentiras.

Antes del testimonio, el excandidato presidencial del PT Fernando Haddad visitó a Lula para 'prestar solidaridad, saber si está bien'.
En ese momento, comunicó Haddad, él estaba 'muy preparado y tranquilo'.

Dirigentes, diputados, senadores y militantes del PT, así como de otras organizaciones populares se movilizaron y apostaron desde horas tempranas cerca del edificio, donde Lula fue interrogado a partir de las 14:00 hora local, bajo fuertes medidas de seguridad.



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