Manila, 25 feb (RHC) Miles de filipinos celebraron en el aniversario 33 de la revolución popular que derrocó al dictador Ferdinand Marcos, en el mismo sitio donde en 1986, dos millones de personas se concentraron para exigir el fin de la dictadura.
La ceremonia oficial tuvo lugar en la avenida Epifanio de los Santos y estuvo presente la viceministra de Educación, Lorna Dig-Dino, quien animó a no olvidar las lecciones aprendidas con esa revolución pacífica.
Sin embargo, Clarita Carlos, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Filipinas, dijo al diario The Manila Times que no ha habido ningún cambio estructural después de 33 años, “no deberíamos llamarlo una revolución”, aclaró.
Marcos gobernó el país entre 1965 y 1986, murió en el exilio tres años después, y fue enterrado en noviembre del 2016 en el Cementerio de los Héroes por iniciativa del actual mandatario, Rodrigo Duterte, quien mantiene buena relación con la familia del dictador y los apoya en campañas políticas.
El sepelio de hace tres años generó una gran polémica, ya que a Marcos se le acusa por la muerte, tortura o detención ilegal de más de cien mil personas, además del hurto de miles de millones de dólares.
Duterte no estuvo presente en la ceremonia oficial de este 2019, pues tenía la agenda apretada, según su portavoz Salvador Panelo, quien descartó la ausencia del gobernante debido a su cercanía con la familia Marcos.
En un comunicado con motivo de la conmemoración de esta jornada, festiva en Filipinas, el mandatario destacó que esa revolución histórica restauró el poder colectivo para determinar el futuro con el voto.
Además del acto oficial, grupos opositores convocaron protestas durante la jornada contra el gobierno de Duterte y su sangrienta guerra contra las drogas que ha dejado al menos cinco mil muertos, según organizaciones no gubernamentales.