Naciones Unidas, 27 feb (RHC) Rusia volvió a denunciar ante el Consejo de Seguridad que se está tratando de imponer una salida militar en Venezuela,y advirtió que ello significaría un grave daño para la región y para el mundo.
La alocución del embajador Vasily Nebenzya tuvo lugar durante el nuevo debate llevado por EE. UU. a esa instancia de la ONU, tras su fracaso en el deseo de provocar un caos en la frontera venezolana que justificara la intervención. En sus palabras hubo puntos comunes con los representantes de países como China y Sudáfrica, que también rechazaron una agresión militar y criticaron la manipulación de la ayuda humanitaria con fines políticos.
Rusia pidió que se dejen de violar las resoluciones de Naciones Unidas y se respete a Venezuela; se dejen de ejecutar actos hipócritas de supuesta asistencia y se desbloqueen sus cuentas bancarias.
Nebenzya dijo que el tema de la sesión debía haber sido las amenazas en torno a Venezuela y no la situación en ese país, y deploró el espectáculo creado por EE. UU. en torno a la llamada ayuda humanitaria, el reconocimiento de Washington y otras naciones al impostor y golpista Juan Guaidó, y el hecho de que personas hipócritas no reconozcan las elecciones del pasado 20 de mayo en Venezuela y las califiquen de «injustas», debido a queparte de la oposición no acudió. Pero no dicen que fue Washington quien los exhortó a no participar.
El diplomático ruso calificó de ilegal el intento de EE. UU. de entregar a la fuerza la denominada ayuda, y dijo que el ejército bolivariano garantizó la soberanía y la inviolabilidad de las fronteras, cuando había personas desde territorio colombiano ejecutando provocaciones, con el uso de piedras y cocteles Molotov. Esto ha sido visto por el mundo, y en cualquier parte a eso se le llamaría terrorismo.
Si EE. UU. quisiera apoyar al pueblo venezolano lo haría a través de Naciones Unidas, como lo hizo Rusia, dijo su representante, quien consideró fundamental que se dé a Caracas la oportunidad de hacer pagos para obtener medicinas y alimentos. Pero las autoridades de EE. UU. no quieren actuar de forma legítima, aseveró.
La sesión fue la tercera derrota al hilo para EE. UU., que no logró la provocación deseada en la frontera, el sábado; no tuvo el apoyo del llamado Grupo de Lima para avalar la intervención militar el lunes, y tampoco lo logró este martes en el Consejo de Seguridad, donde resultó fuertemente criticado.
Poco después intervino el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, quien insistió que su Gobierno está esperando que la oposición acuda a dialogar, sin agenda. El Consejo de Seguridad no es para hacer la guerra, aseveró.
Arreaza pidió que se aprobara un documento que rechace la posibilidad de intervención militar, para que en Washington no sigan «todas las cartas sobre la mesa».
El golpe de Estado ha fracasado, insistió el Canciller de Venezuela, quien reiteró la necesidad de una resolución del Consejo y la disposición de su Ejecutivo a dialogar. ¿Y por qué no hay un llamado de este Consejo a la oposición para que acuda al diálogo?, preguntó.
Según publicó el sitio Antiwar y CNN, funcionarios de Defensa de Estados Unidos dijeron que el Pentágono está realizando un número creciente de vuelos de reconocimiento a lo largo de la costa venezolana.
Según las fuentes, los vuelos se están llevando a cabo en el espacio aéreo internacional, y están destinados a reunir «información confidencial» sobre el Gobierno venezolano.
(Juventud Rebelde)