Belgrado, 19 abr (RHC) Una manifestación de más de 140 000 personas, caracterizada por la alegría y el optimismo, constituyó un sonado respaldo al presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, en sus políticas interna y externa, a juicio de los analistas.
El acto, celebrado frente a la sede de la Asamblea Nacional, fue también una contundente respuesta a un sector de la oposición política que realizó un mitin en el mismo sitio, anunciado como el mayor realizado en esta capital y una especie de estocada final a los poderes públicos, que no sobrepasó los ocho mil asistentes.
Precedida de un concierto en que figuras de la música pusieron a cantar y bailar a varias generaciones con melodías de cuatro décadas diferentes, la concentración siguió entre vítores y aplausos los discursos de varios oradores, entre ellos el mandatario, quien trasmitió un mensaje de paz y esperanzas, pero de firmeza ante los adversarios.
“Todo se puede, menos la violencia y el ultimátum”, fue la frase en que resumió cuál será la postura de su primera magistratura y el gobierno ante los desafíos derivados de las presiones desde fuera por el tema de Kosovo y las de dentro que intentan llegar al poder con la agitación callejera.
Nuestro país es libre y democrático y en las elecciones eso se resuelve, no golpeando mujeres y aplicando la violencia para lograr objetivos políticos, así como tampoco con ultimatums, exclamó.
Resaltó la relevancia de este masivo acto por el poderoso mensaje de unidad que manda al mundo.
Aseveró que eso le permitirá realizar las conversaciones a fines de este mes con los presidentes de China y Rusia, Xi Jiping y Vladimir Putin, así como el debate en Berlin sobre Kosovo con la canciller alemana, Angela Merkel y el presidente francés, Emmanuel Macron.
Sobre este último asunto, relacionado con el estancamiento en las negociaciones Belgrado- Pristina para la normalización de las relaciones, fue enfático al decir que no habrá continuación hasta tanto los poderes en Kosovo eliminen la tasa del ciento por ciento a las mercancías serbias aplicada desde noviembre.
Reiteró la disposición de su país de dialogar, pero advirtió que nadie puede ni pensar que se admitirá la expulsión del pueblo serbio de sus asentamientos ancestrales en Kosovo y Metohija.
Sobre la necesidad de la paz para poder alcanzar los objetivos de desarrollo que el país se propone, llamó a todos a entender que no se puede tener todo lo que se quiera, no es posible obligar a los otros a pensar como uno, así como exhortó a respetar a los demás en la región y a comprender hacia dónde y cómo se mueve el mundo.
En el plano interno, reiteró la preocupación por el tema poblacional, pues en el país mueren diariamente más personas que las nacidas, se van perdiendo ciudades y aldeas, ante lo cual llamó a pensar en el futuro no solo en lo material, pues sin niños no habrá el país del mañana para nadie.
Al respecto anunció que el estado invertirá más recursos en políticas de natalidad para contribuir al incremento de la población.
En el acto habló la primera ministra, Ana Brnabic, quien describió los avances de Serbia en los últimos siete años en infraestructura, industrialización, informatización y empleo, gracias al equipo de trabajo de Vucic, siempre inconforme y con el espíritu de hacer más.
Otros oradores fueron el vicepresidente del gobierno y ministro de Asuntos Exteriores, Ivica Dacic; el titular de Asuntos Exteriores de Hungría, Peter Szijjartó; el presidente de la presidencia de Bosnia y Herzegovina, Milorad Dodik, y el teniente coronel retirado Dragutin Dimcevski, héroe de una batalla en Kosovo durante la agresión de la OTAN en 1999.