Washington, 4 sep (RHC) La Unión Estadounidense de Libertades Civiles prepara una acción legal contra el plan del Gobierno de Donald Trump de desviar más de tres millones y medio de dólares del Pentágono hacia la construcción de un muro fronterizo con México.
El secretario de Defensa, Mark Esper, notificó al liderazgo del Congreso que la administración avanzará con su decisión de reprogramar ese dinero, una maniobra, que según precisó mantiene detenidos más de 120 proyectos de construcción militar.
La notificación al Capitolio se produce después de que Trump declarara una emergencia nacional en la frontera en febrero último, para enviar recursos militares hacia la edificación de la polémica obra, después de que el Congreso se negara.
Legisladores demócratas y republicanos condenaron la iniciativa del jefe de la Casa Blanca, y las dos cámaras del Congreso aprobaron una resolución para rechazar la declaración de emergencia, pero el jefe de estado vetó esa medida.
Por su parte, la mayoría de los votantes de Estados Unidos señalará al presidente Donald Trump como el principal responsable si la economía nacional entra en recesión este año.
Un sondeo del Centro de estudios políticos estadounidenses de la Universidad de Harvard y la empresa Harris determinó que el 57 por ciento de dichas personas culpará al mandatario republicano del problema.
Al mismo tiempo, la investigación, con una muestra de dos mil 531 votantes registrados y realizada a finales del último mes, precisó que el 62 por ciento estaba preocupado o muy preocupado sobre la posible existencia de una recesión en los próximos seis meses en medio de la guerra comercial de Washington contra China.
Más allá de las afirmaciones de Trump de que el país asiático está pagando por los aranceles impuestos a sus productos, la evidencia muestra que el conflicto comercial está afectando a los consumidores estadounidenses, expusieron reportes de prensa.
En ese sentido, indicó el análisis, el 63 por ciento de los norteamericanos cree que las tarifas dañan más a su país que a China, y el 74 por ciento considera que paga los gravámenes, no otra parte.
Hace tres días, entraron en vigor aranceles estadounidenses de un 15 por ciento a mercancías chinas valoradas en 112 mil millones de dólares al año.
Tal alza de las tarifas se unió a las del del 25 por ciento impuestas desde meses atrás a bienes chinos estimados en 250 mil millones de dólares al año, las cuales el mandatario norteamericano amenazó con incrementar al 30 por ciento a partir del próximo 1 de octubre.
Según expertos y medios de prensa, la mayor diferencia de la última ronda de gravámenes con relación a las anteriores es que los nuevos impuestos deben tener un impacto mucho mayor sobre los consumidores estadounidenses, algo que el jefe de la Casa Blanca se niega a reconocer.
Entre los nuevos productos gravados se incluyen muchos de gran demanda como relojes inteligentes, televisores, zapatos, ropa, pañales, artículos deportivos, carne y lácteos.
Por primera vez desde que Trump lanzó su guerra comercial, los hogares estadounidenses enfrentan aumentos de precios, porque muchas empresas dicen que se verán obligadas a transmitir a los clientes los costos más altos que pagarán por las importaciones, reportó la agencia Associated Press.