Londres, 9 sep (RHC) El Parlamento británico volverá este lunes a votar una moción presentada por el Ejecutivo para adelantar las elecciones, en medio de la crisis política provocada por los planes del primer ministro Boris Johnson sobre el Brexit.
La propuesta, que fue derrotada el pasado miércoles en una primera votación, necesita del apoyo de al menos 434 de los 650 parlamentarios que integran la Cámara de los Comunes para ser tenida en cuenta.
Según los enemigos políticos de Johnson en el poder legislativo, entre los que se cuentan más de una veintena de sus correligionarios conservadores, la prioridad ahora es evitar que el Reino Unido abandone la Unión Europea (UE) sin acuerdo el 31 de octubre.
Para impedir esa posibilidad, el Parlamento británico aprobó la semana pasada un proyecto de ley que obliga al Primer Ministro a solicitar a sus pares europeos un aplazamiento del Brexit para enero próximo, si no consigue un nuevo pacto de salida antes del 19 de octubre.
Johnson, quien en julio pasado relevó en el cargo a la dimitente Theresa May con la promesa de sacar al país de la UE en la fecha fijada, se muestra reacio a cumplir con el mandato al Parlamento, al declarar que “prefiere estar muerto en una zanja” antes de ir a Bruselas a pedir una nueva prórroga.
Ante las amenazas, la Oposición liderada por el Partido Laborista anunció el que prepara medidas legales para obligar al gobernante a cumplir la ley, la cual debe ser refrendada este lunes por la reina Isabel II.
La premura de los opositores para tratar de evitar un Brexit duro obedece a que Johnson decretó la suspensión del Parlamento a partir de mediados de esta semana, y hasta el 14 de octubre, día en que el Ejecutivo tiene previsto anunciar, por intermedio de la monarca, la nueva agenda legislativa.
Además de la batalla en la Cámara de los Comunes, los planes de Johnson para el Brexit provocaron una crisis dentro de su propio partido, luego de que 21 parlamentarios conservadores votaron a favor de la ley que lo obliga a buscar un acuerdo con la UE, y de la renuncia de dos ministros, uno de ellos su hermano menor.
El Reino Unido debió salir de la alianza europea el 31 de marzo pasado, después que el 52 por ciento de los británicos votó a favor del Brexit en el referendo de junio de 2016.
La negativa del Parlamento británico a respaldar el tratado de retirada firmado entonces por May con sus pares europeos obligó a posponer la salida, primero para abril y luego para octubre, y forzó la renuncia de la gobernante.
El principal obstáculo es una salvaguarda introducida por la UE para evitar el establecimiento de una frontera dura entre Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte, y que obligaría a ese territorio a continuar rigiéndose por las leyes aduanales y comerciales europeas.
Aunque la alianza asegura que se trata de una medida temporal hasta tanto las partes firmen un nuevo tratado bilateral, los euroescépticos dentro del Reino Unido alegan que el llamado backstop constituye una afrenta a la soberanía británica. (Fuente: PL)