Santiago de Chile, 19 nov (RHC) Este lunes se cumplió un mes de que los chilenos comenzaron las fuertes manifestaciones contra el Gobierno del presidente Sebastián Piñera —aunque hubo acciones de protestas desde el 14 de octubre—, y los ciudadanos han salido a las calles en un nuevo 'superlunes' de protestas.
La principal concentración, en Santiago, se ha realizó en la emblemática Plaza Italia, que los manifestantes han bautizado como la Plaza de la Dignidad, y en la cercana avenida Libertador General Bernardo O'Higgins, más conocida como Alameda.
Este es el segundo 'superlunes' de protestas, tras el realizado el pasado 5 de noviembre, recuerda Russia Today.
Además de las concentraciones, la Coordinadora por la Asamblea Constituyente de la Universidad de Chile invitó a organizaciones vecinales, sindicales, barriales, medioambientales, estudiantiles, entre otras, para tratar el tema de la convocatoria a un proceso constituyente en el país.
En Maipú, una comuna de Santiago, estudiantes secundarios tomaron las dependencias de la Corporación de Educación. Además, armaron barricadas y trancaron algunas avenidas principales.
También, en la comuna capitalina de Puente Alto, cientos de manifestantes se concentraron en la plaza principal de la zona. Ante el creciente número de descontentos, la estación del Metro de Santiago de esa localidad cerró sus puertas.
Las manifestaciones en Chile comenzaron contra el alza del precio del pasaje del Metro de Santiago. El presidente Piñera reculó y canceló la medida; sin embargo, ya se había registrado un despertar mayor en la población.
La ciudadanía ha sacado a relucir viejas demandas, como la gratuidad en la educación, mejoras en la distribución de pensiones y aumentos salariales, sumado al acceso a derechos básicos, como la salud y la vivienda digna.
También han pedido la convocatoria de una asamblea constituyente y la redacción de una nueva Constitución.
Sobre esta demanda, el Congreso alcanzó un acuerdo para someter a referéndum la posibilidad de realizar una nueva Constitución que reemplace a la actual norma, proclamada en 1980, durante la dictadura de Augusto Pinochet, lo que fue rechazado por numerosas orgnizaciones sociales y partidos políticos por no tener en cuenta la opinión del pueblo.
Por ello, para abril los chilenos están convocados a un plebiscito, donde deberán decidir si quieren reformar la Constitución y el mecanismo para hacerlo. Todo el proceso para tener la nueva Carta Magna llevará hasta finales de 2021, cuando se someta a un proceso de ratificación el nuevo texto.
(Russia Today)