Foto: Aguajero.
Puerto Príncipe, 11 sep (RHC) La demanda de un despliegue de tropas extranjeras para contener a pandillas que bloquean la circulación de combustibles en Haití es indignante, afirmó este martes el analista político y economista Camille Chalmers.
A juicio del también director ejecutivo de la Plataforma Haitiana para el Desarrollo Alternativo, asistimos actualmente a la construcción de la opinión pública para justificar una intervención militar, incluso con la utilización de pandillas que forman parte del sistema.
“Crear una situación caótica, insostenible, de crisis humanitaria, son elementos para justificar una intervención militar que quieren hacer en Haití para asegurar un control absoluto del sistema político y descartar toda posibilidad de un proyecto popular, de un proyecto de las clases populares, así como la conexión posible con Cuba o Venezuela”, señaló Chalmers.
La semana pasada el Consejo de Ministros dio luz verde al jefe de Gobierno, Ariel Henry, para solicitar el despliegue inmediato de una fuerza internacional especializada ante el riesgo de una crisis humanitaria de grandes proporciones.
El gabinete consideró que el bloqueo a las terminales petroleras por parte de los grupos armados tiene consecuencias catastróficas en el funcionamiento de los hospitales, disponibilidad de agua potable, reinicio de las escuelas y suministros de alimentos.
No obstante, para el analista el contexto actual fue fabricado, especialmente por la debilidad de la Policía que considera construida.
Chalmers incluso apunta que, durante la formación de la Policía bajo el mandato de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilidad (Minustah), especialistas aseguraron que el tipo de armamento no era adecuado ni tampoco suficiente.
“Es una incapacidad construida, mantenida y reproducida para justificar la dominación y la intervención y en ese sentido se ha demostrado ampliamente las conexiones que existen entre esas pandillas y el poder ejecutivo”, subrayó.
De llevarse a término sería la segunda intervención militar en Haití en menos de cinco años, luego que la Minustah estuviera en territorio haitiano durante 13 años antes de finalizar en 2017.
Los detractores señalan que los resultados de la ocupación fueron controvertidos y cinco años después el país caribeño enfrenta un escenario peor que en 2004 cuando se desplegaron. (Fuente: Prensa Latina).