Paso fronterizo Rafah
Ramala, 8 mayo (RHC) La Organización para la Liberación de Palestina (OLP), partidos y movimientos políticos rechazaron hoy cualquier control extranjero sobre el paso fronterizo de Rafah, en la Franja de Gaza, como planea Israel.
“Rechazamos cualquier forma de tutela sobre el cruce de Rafah y los intentos de dañar la soberanía palestina sobre él, en asociación con nuestros hermanos de Egipto”, advirtió en X el secretario del comité ejecutivo de la OLP, Hussein Al-Sheikh.
Mientras, el comité de seguimiento de las Fuerzas Nacionales e Islámicas, que agrupa a las facciones palestinas, anunció también su oposición a los planes del Gobierno de Benjamin Netanyahu.
En un comunicado, la comisión alertó contra los intentos de traspasar el control y la gestión de ese paso fronterizo, que conecta a Gaza y Egipto, a una empresa de seguridad estadounidense.
Independientemente de la veracidad de estos informes, no aceptaremos ninguna forma de tutela impuesta sobre el cruce o sobre cualquier otra parte del enclave costero, afirmó.
En similar sentido se pronunció el Frente Popular para la Liberación de Palestina.
Cualquier grupo extranjero que asuma la gestión de esa instalación será considerado una fuerza de ocupación y por tanto un objetivo legítimo, advirtió.
Ese paso fronterizo es puramente palestino y egipcio, según las leyes internacionales, afirmó el partido de izquierda.
La agrupación condenó el reciente asalto del Ejército israelí a ese sitio, clave para el ingreso de alimentos, medicinas y combustible al asediado enclave costero.
La operación castrense “es un crimen cuyo objetivo es una exhibición militar, obtener una falsa imagen de victoria y aumentar la presión sobre la resistencia”, subrayó.
El diario israelí Haaretz reveló que el Gobierno de Netanyahu tiene la intención de transferir la responsabilidad de la gestión del cruce de Rafah a una empresa privada estadounidense una vez finalizada la campaña militar.
Indicó que los miembros de la firma son exsoldados de unidades especiales del ejército estadounidense, entrenados para proteger sitios estratégicos en zonas de conflicto en África.
Tras el asalto al cruce, aumentó la presión internacional sobre Netanyahu para evitar un ataque contra la vecina ciudad de Rafah, donde están refugiados más de un millón de palestinos.
En varias oportunidades el político derechista defendió una acción contra la urbe con el argumento de derrotar a Hamas en su último bastión, pero la ONU, numerosos países y organizaciones no gubernamentales alertaron sobre las consecuencias para los civiles, que ya sufren tras siete meses de guerra.