Foto tomada de Prensa Latina
La Habana, 14 jul (RHC) A raíz del intento de asesinato de Donald Trump surgen hoy preguntas sobre el Servicio Secreto de Estados Unidos al no detectar cómo un francotirador accedió en Pensilvania a una azotea próxima al podio del expresidente.
Según la policía, las consecuencias de lo sucedido llevarán a una revisión acerca de si el Servicio Secreto tenía suficientes recursos para proteger a Trump días antes de convertirse oficialmente en el candidato presidencial republicano.
En tiempo real los ciudadanos de este país vieron por cadenas televisivas la tarde de este sábado una escena caótica: disparos, Trump al suelo, personas gritando y agentes del Servicio Secreto corriendo, mientras algunos en gradas accionaban un celular para captar la imagen más allá de la gravedad del momento.
«Básicamente, uno de los elementos más básicos de la seguridad de un sitio, especialmente un sitio que está afuera y en gran medida sin control, es eliminar las líneas de visión hacia este espacio donde el protegido hablará o simplemente estará», dijo el ex subdirector del FBI, Andrew McCabe a “State of the Union” de CNN.
Subrayó que al analizar el mapa del lugar y los edificios claramente estaba dentro del alcance de tiro.
La ubicación del pistolero estaba fuera del perímetro de seguridad, lo que plantea dudas sobre el espacio que debió cubrirse y cómo el tirador, Thomas Matthew Crooks, de 20 años, pudo obtener acceso a la azotea desde donde ejecutó su plan.
En su red Truth Social, Trump señaló que recibió un disparo y una bala en la “parte superior de mi oreja derecha” y que supo «de inmediato que algo andaba mal porque escuché un zumbido, disparos e inmediatamente sentí la bala atravesando la piel”.
El Servicio Secreto evacuó a Trump en una camioneta. Ese era el último rally de campaña previo a la Convención Nacional Republicana, prevista del 15 al 18 de julio, en Milwaukee, Wisconsin, donde se anunciará su nominación. (Fuente: Prensa Latina)