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Ciudad del Vaticano, 22 feb (RHC) El papa Francisco se encuentra en estado crítico como consecuencia de una crisis respiratoria, que obligó a la aplicación de oxígeno y requirió la realización de transfusiones de sangre.

Un parte publicado por la oficina de prensa de la Santa Sede indica que las pruebas sanguíneas realizadas a Francisco revelaron una trombocitopenia, asociada a anemia, y el pronóstico sobre la futura evolución de su salud es reservado.

En la actualización emitida en horas de la mañana de este sábado en relación con la situación del Sumo Pontífice, ingresado en el Policlínico Gemelli desde el pasado 14 de febrero, se señaló que descansó bien en la noche y estaba respondiendo a las terapias potenciadas.

El Papa tiene una enfermedad crónica, la bronquiectasia, con una bronquitis asmática que puede tener fases de exacerbación. Esto para explicar que, a su edad, es una condición que lo convierte por definición en un paciente frágil.

El doctor Luigi Carbone, médico de consulta del Obispo de Roma manifestó en declaraciones realizadas la víspera a la prensa, que el mismo no estaba en peligro de muerte, pero tampoco fuera de peligro, aunque, según señaló, “su corazón está perfecto”.

Si se produjera una sepsis, podría ser muy difícil salir de ella a su edad y con sus problemas respiratorios, expresó Carbone al hacer referencia a la preocupación que comparte el equipo médico que lo atiende.

“El Santo Padre continúa vigilante y ha pasado el día en un sillón aunque ha sufrido más que ayer. Por el momento el pronóstico es reservado”, añade en su última notificación la oficina de prensa vaticana.