Madrid, 7 mar (RHC) El Rey de España, Felipe Sexto, pospuso las consultas con los candidatos a la jefatura del gobierno de su país, para que los partidos políticos puedan negociar y realizar acciones convenientes.
Tras un encuentro con el presidente del Congreso español, Patxi López, en Madrid, emitió Felipe Sexto un comunicado a través del cual convoca a las fuerzas políticas nacionales a actuar para elegir un candidato a la investidura presidencial.
La decisión del rey es acordada tras la fallida investidura como jefe de gobierno de Pedro Sánchez, Secretario General del PSOE, Partido Socialista Obrero Español, quien no logró la mayoría simple de votos.
Por otra parte, durante una entrevista para la televisión nacional, rechazó Pablo Iglesias, líder de la agrupación política Podemos, la decisión de Sánchez de negociar junto con el partido Ciudadanos un acuerdo de gobierno, mientras los socialistas se negaron a dialogar si se margina la participación del grupo de centroderecha.
Las posturas irreconciliables entre las principales fuerzas políticas españolas alejaron aún más la conformación de un gobierno en este país, con una administración interina desde las elecciones generales del pasado 20 de diciembre.
Tras la investidura fallida del candidato socialista, Pedro Sánchez, al Palacio de la Moncloa -sede del poder central-, el jefe del Ejecutivo en funciones y del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, resucitó su oferta de gran coalición con el PSOE y Ciudadanos (C's).
Rajoy acusó a su par del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de haber hecho perder el tiempo a los españoles, luego de su frustrado intento de someterse a la confianza del Congreso de los Diputados sin los apoyos necesarios.
El político conservador anunció hoy la intención de convocar a Sánchez a una reunión para volverle a poner sobre la mesa su oferta de encabezar un gobierno con el respaldo de los socialistas y del centroderechista Albert Rivera, líder de C's.
Pese a ser la fuerza más votada en los comicios de hace 76 días, el PP no pudo garantizar la reelección del político conservador, al conquistar 123 escaños en la Cámara baja, lejos de los 176 establecidos como mayoría absoluta para mantenerse en el poder.
El jefe del Ejecutivo en funciones declinó ante el rey Felipe VI presentarse a la investidura, al no conseguir el respaldo de ninguna formación con representación parlamentaria.
Como segunda fuerza en el Congreso, con 90 bancas, el PSOE asumió el reto de intentar formar gobierno, pero su controvertido pacto con C's, considerada la nueva derecha española, abortó un virtual acuerdo con Podemos, Izquierda Unida (IU) y Compromís.
Rajoy admitió que frente a la gran alianza defendida por él, existe otra posible desde el punto de vista aritmético, que pasaría por una asociación de los socialistas con las mencionadas formaciones de izquierda y los partidos nacionalistas vascos y catalanes.
En esta guerra de descalificativos y mutuas acusaciones, Sánchez anticipó que de reunirse con el mandatario saliente será para rechazar su propuesta y pedirle que le deje gobernar con Ciudadanos, al tener una mayoría más amplia.
Una apreciación tachada de fraude por Rajoy, quien censuró que el PSOE y C's pretendan poner en valor sus 130 escaños, cuando no se presentaron juntos en las elecciones y sus programas eran contrapuestos.
El secretario general del Partido Socialista emplazó hoy tanto a Rajoy como a su homólogo de Podemos, Pablo Iglesias, a que permitan una administración PSOE-C's para desbloquear la parálisis institucional.
Pero Iglesias descartó negociar un mero apoyo a los socialistas que no contemple la formación de una coalición junto con IU y Compromís, que juntos sumarían 161.
Tras la frustrada investidura, el partido emergente de centroizquierda sostiene que "el contador se puso en cero", con la fecha del 2 de mayo como límite para la investidura de un nuevo gobernante antes de una repetición de elecciones.
En ese escenario, el escollo principal para Podemos en una negociación es el acuerdo de los socialdemócratas con Ciudadanos, al que el propio Sánchez definió en campaña como la nueva derecha.
Bajo esa premisa, sostiene que los números sí dan, teniendo en cuenta que los grupos nacionalistas del País Vasco y Cataluña no pondrían palos en la rueda a un factible ejecutivo progresista a cuatro bandas (PSOE-Podemos-IU-Compromís).
Iglesias advirtió al máximo dirigente socialista que deberá decidir si quiere un trato con la izquierda o si prefiere seguir su "viaje a la derecha, pasando por el centro", hasta llegar a la gran coalición con C's y el PP.