Montevideo, 11 may (RHC) Cientos de uruguayos marcharon por la principal arteria de esta capital en apoyo a la presidente brasileña, Dilma Rousseff, y contra el golpe de Estado que se gesta desde las instancias legislativas y judiciales de ese país.
La marcha, que tuvo por consigna "Brasil En Mí íLa defensa de la democracia es tarea de todos!", congregó a organizaciones sociales y políticas frente a la Universidad de la República y de ahí caminaron hasta la plaza Libertad al grito de "no al golpe de Estado", apunta Prensa Latina.
Esta movilización en apoyo a Rousseff fue convocada por la central sindical PIT-CNT, el Frente Amplio, Mujeres en el horno, Colectivo Ovejas Negras, Casa Tomada, Fundación Arismendi, Casa Uruguay - Cuba y la Coordinadora de apoyo a la Revolución cubana, entre otras.
En declaraciones a la prensa, el secretario general de la organización obrera, Marcelo Abdala, señaló que el proceso iniciado a Dilma en la Cámara de Diputados es un golpe de Estado que busca desalojar del Gobierno a una presidenta elegida legítimamente por el pueblo brasileño.
Apuntó que se busca terminar con la aplicación de un conjunto de políticas sociales impulsadas por el Poder Ejecutivo en beneficio del pueblo y los más desposeídos.
El responsable de la Secretaría de Relaciones Internacionales del PIT-CNT, Fernando Gambera, declaró la víspera que existe un probable escenario represivo ante las movilizaciones de trabajadores en Brasil, resistiendo el golpe.
"Por lo que he estado intercambiando con diversos actores sindicales y distintas personalidades de allí, la percepción generalizada es que hay una campaña de odio que han venido desarrollando desde hace más de un año", expresó al Portal web de la organización obrera.
Gambera, que visitó San Pablo la semana pasada, indicó que si se logra "el linchamiento que pretenden hacer con Dilma", la gente va a salir a las calles y "si continúa esa línea que han venido desarrollando de división de la sociedad", se puede pensar que presumiblemente haya represión, acotó.
El Senado brasileño decidirá este miércoles si la primera mandataria responderá a un juicio político con miras a su posible destitución, lo cual implicaría su suspensión del cargo durante seis meses y la asunción al poder del vicepresidente Michel Temer, a quien Rosseff calificó de traidor.
