El Cairo, 13 jun (RHC) Una ola de calor que azota a todo Egipto complica las condiciones para los fieles musulmanes que siguen el ayuno diurno del Ramadán.
Con temperaturas de 41 grados celsius en varias ciudades, y superiores en el sur del país, quienes se abstienen de comer o ingerir líquidos desde la salida hasta la puesta del Sol enfrentan serios riesgos de deshidratación, advirtió la Autoridad Meteorológica de ese país árabe.
Marcado por el calendario lunar, el Ramadán se mueve cada vez 11 días respecto al solar, de manera que en ocasiones coincide con los días más largos y calurosos del año.
El Islam exime de su cumplimiento a aquellos fieles que dado su estado de salud pedan poner en riesgo su vida con el ayuno diario.
Mientras el Gobierno belga dispuso elevar el nivel de vigilancia en terrazas, colegios y hospitales de esta capital durante el periodo de práctica de ayuno musulmán en el mes Ramadán, por temor a la ocurrencia de atentados terroristas.
De acuerdo con la edición digital del diario Le Soir, la Policía solicitó a las autoridades gubernamentales que los soldados desplegados en los distintos puntos de Bruselas refuercen la vigilancia, en especial en las terrazas donde los aficionados al fútbol siguen los partidos de la Eurocopa 2016.
La petición responde a sospechas de que el grupo extremista Estado Islámico (EI) aproveche tal aglomeración de personas para atentar contra ellos.
Según los datos aportados en el rotativo, las autoridades tienen informaciones que apuntan a contactos establecidos entre líderes del EI y sus seguidores para perpetrar ataques en países de Occidente durante el periodo de Ramadán, el cual empezó la pasada semana y se extenderá hasta el 5 de julio próximo.
Ramadán es el noveno mes del calendario musulmán, y es conocido internacionalmente por ser el mes en el que los fieles de esa religión practican el ayuno diario, desde el alba hasta la puesta del sol.
Por su parte, en Bélgica el nivel de alerta por amenaza terrorista se encuentra en tres (de una escala de cuatro) y se mantiene, desde los atentados del 22 de marzo pasado, un fuerte despliegue militar y policial en Bruselas.