Presidente Raúl Castro expresa voluntad de diálogo con EE.UU. bajo respeto a soberanía

Editado por María Candela
2017-07-14 20:17:03

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La Habana, 14 jul (PL) Cuba tiene la voluntad de seguir negociando asuntos bilaterales pendientes con Estados Unidos y proseguir el diálogo y la cooperación en temas de interés común sobre la base de la igualdad y el respeto a la soberanía, aseguró el presidente Raúl Castro.

Durante el discurso de la clausura al noveno periodo de sesiones de la Octava Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), afirmó que ambas naciones pueden cooperar y convivir respetando las diferencias y promoviendo todo aquello que beneficie a ambos países y pueblos.

Pero no debe esperarse que para ello Cuba realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia o que negocie sus principios o acepte condicionamiento de ningún tipo como no ha hecho nunca, expresó.

Consideró que en el anuncio del presidente Donald Trump sobre la política de su Gobierno hacia Cuba hecho el pasado 16 de junio no hubo nada novedoso, pues retoma un discurso y matices del pasado, de confrontación, lo cual demostró su rotundo fracaso a lo largo de 55 años.

Es evidente que el presidente no ha sido bien informado acerca de la historia de Cuba y de las relaciones con Estados Unidos, y sobre el patriotismo y la dignidad de los cubanos, puntualizó.

La historia no puede ser olvidada, como a veces nos han sugerido hacer, dijo, y agregó que por más de 200 años los vínculos entre Cuba y la nación norteña han estado marcados, por una parte, por las pretensiones del vecino del norte, de dominación, y de otra, por la determinación de los cubanos de ser libres e independientes y soberanos.

A largo del siglo XIX, invocando las doctrinas y políticas del destino manifiesto, diferentes gobernantes estadounidenses han tratado de apoderarse de Cuba y a pesar de la lucha de los mambises, lo lograron con la intervención engañosa, al final de la guerra por la independencia, rememoró.

Los norteamericanos entraron como aliados y se quedaron como ocupantes, disolvieron el Ejercito Libertador e impusieron un apéndice a la Constitución cubana, la Enmienda Platt que les daba el derecho a intervenir en asuntos internos y establecer la base naval de Guantánamo, que aún usurpa parte del territorio nacional y cuya devolución seguiremos reclamando, añadió.

Enfatizó que el primero de enero de 1959 con el triunfo de la Revolución encabezada por su líder Fidel Castro Cuba, fue definitivamente libre e independiente y desde ese momento el objetivo estratégico de Estados Unidos ha sido derrocar el proceso que se impulsa aquí.

Para ello, precisó que a lo largo de más de cinco décadas Washington recurrió a los más disímiles métodos: guerras económicas, rupturas de relaciones diplomáticas, atentados a dirigentes, sabotajes, bloqueos navales, aislamiento internacional, entre otros.

Diez gobiernos pasaron por el poder hasta que el presidente Barack Obama, sin renunciar al propósito estratégico, tuvo la sensatez de reconocer que el aislamiento no funcionó y que era hora de un nuevo enfoque hacia Cuba, apuntó.

Destacó que nadie puede negar que Estados Unidos, en un intento de aislar a Cuba, se vio en un profundo aislamiento. La política de hostilidad a Cuba se había convertido en un serio obstáculo para sus relaciones en América Latina y el Caribe al ser rechazada casi unánimemente en el mundo.

Ejemplificó que en la VI Cumbre de las Américas del 2012, Ecuador se negó a participar sin Cuba y todas las naciones de la región manifestaron el repudio al bloqueo y exclusión de la isla de estos eventos, y varios advirtieron de la no continuidad de estas reuniones sin el país caribeño.

Comentó que sobre la base del respeto durante estos dos años se establecieron las relaciones diplomáticas y se lograron avances en la solución de problemas bilaterales pendientes y en la cooperación en temas de interés de beneficio mutuo.

Dijo asimismo, que fue modificada de manera limitada la aplicación de algunos aspectos del bloqueo y se sentaron las bases para una relación de nuevo tipo, demostrando que es posible convivir de forma civilizada a pesar de las profundas diferencias existentes.

Los anuncios de Trump significan un retroceso en las relaciones bilaterales, así lo consideran muchas organizaciones de ese país y del mundo que han manifestado su rechazo a los cambios divulgados, así como lo hicieran las organizaciones de la sociedad civil cubana.

El jefe de Estado señaló que el Gobierno norteamericano ha decidido recrudecer el bloqueo mediante la imposición de nuevas trabas a sus empresarios para comerciar e invertir en Cuba, y restricciones adicionales para viajar, justificándolas con una retórica vieja y hostil que se escuda en una supuesta preocupación sobre el ejercicio y disfrute por el pueblo cubano de los derechos humanos y la democracia.

Consideró que las decisiones de Trump desconocen el apoyo de amplios sectores de su nación, incluyendo la mayoría de la migración cubana, al levantamiento del bloqueo y la normalización de las relaciones y solo satisfacen a un grupo del sur de La Florida cada vez más aislado y minoritario que insiste en dañar a Cuba y a su pueblo por haber elegido defender a cualquier precio su derecho a ser libre, independiente y soberano.

'Reiteramos la denuncia del Gobierno revolucionario a las medidas de endurecimiento del bloqueo y reafirmamos que cualquier estrategia que pretenda destruir a la Revolución, ya sea mediante la coerción y las presiones o recurriendo a métodos sutiles, fracasará', sentenció Raúl Castro.

De igual forma rechazamos la manipulación del tema de los derechos humanos contra Cuba, que tiene mucho de que enorgullecerse por los logros alcanzados y no tiene que recibir lecciones de Estados Unidos ni de nadie, puntualizó.



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