Sociedad Cubana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello rechaza supuestas agresiones auditivas contra diplomáticos de EE.UU.

Editado por Julio Pérez
2017-11-15 06:01:06

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Taller sobre otorrinolaringología

La Habana, 15 nov (RHC) Las leyes de la física, los principios básicos de la medicina y la lógica se empeñan en contradecir la hipótesis de que diplomáticos estadounidenses habrían sufrido supuestos ataques sónicos durante su trabajo en Cuba.

Científicos y expertos del mundo entero han señalado las incongruencias de los síntomas, el contexto de los incidentes y las causas manejadas por Washington, que incluirían el empleo de alegados dispositivos sónicos de largo alcance, destaca el periódico Granma.

La Sociedad Cubana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello se sumó a los pronunciamientos con una declaración oficial en el contexto del taller científico sobre cirugía endoscópica organizado en La Habana con la participación de especialistas de Estados Unidos, México y Austria.

«Como se ha ido informando por diferentes medios, el gobierno estadounidense ha notificado a las autoridades cubanas la presunta ocurrencia de “ataques acústicos” contra algunos funcionarios de su sede diplomática en La Habana», apunta el texto leído por el presidente de la sociedad, el Dr. Antonio Paz.

«Tan pronto como se hizo pública esa información resultó una preocupación para los otorrinolaringólogos cubanos y otros especialistas afines», añadió ante los asistentes al Taller de Cirugía Endoscópica Funcional de Nariz y Senos Paranasales con Navegación Intraoperatoria, que tiene lugar hasta el día 15 en el Centro de Entrenamiento del Centro Nacional de Cirugía de Mínimo Acceso en La Habana.

Paz señaló que, como resultado de la investigación científica practicada por un Comité de Expertos nombrado oficialmente para este efecto, se determinó que los síntomas referidos por el gobierno de los Estados Unidos sería imposible que estuvieran causados por la acción de un «arma sónica».

Precisó que se descartaron las intoxicaciones y las infecciones virales.

Los expertos cubanos critican en el documento la escasa información brindada por las autoridades estadounidenses para analizar los sucesos alegados.

«Toda la información recopilada partió de un documento denominado “Resumen Médico” entregado a nuestra cancillería y que su letra adolece de pruebas objetivas que respalden la tesis estadounidense. En resumen, carece de los requerimientos científicos de la práctica médica habitual y de la Medicina Basada en la Evidencia».

La Sociedad señala que ve con «profunda preocupación» las últimas medidas del gobierno de Estados Unidos, que dañan el libre intercambio entre profesionales y científicos de ambos países.  

«Los otorrinolaringólogos cubanos y estadounidenses han mantenido una estrecha colaboración académica, en un ambiente de ética, transparencia y de amistad. Por tal motivo, rechazamos las acusaciones sobre los supuestos ataques sónicos e instamos a que muestren alguna evidencia médica que respalde tal imputación».

Por último, invitan a las sociedades homólogas de América y del resto del mundo a unirse a esta preocupación, divulgar su contenido y contribuir a preservar las relaciones científicas entre profesionales de la salud en el mundo, acogiéndose al deber ético de esclarecer la verdad.   

Los supuestos incidentes se han utilizado como pretexto para profundizar un retroceso significativo en las relaciones entre ambos gobiernos, tal y como defienden los sectores más radicales de la comunidad cubanoamericana de la Florida y sus representantes en el Congreso.

Washington decidió reducir sustancialmente el personal de su embajada en La Habana y de expulsar, de manera totalmente infundada, a 17 funcionarios de la embajada cubana en esta ciudad.

Asimismo, de manera infundada e injustificada, emitió una advertencia a los viajeros para disuadirlos de visitar a Cuba, cuando los organismos especializados coinciden en ubicar a la Mayor de las Antillas como uno de los destinos más seguros del mundo.

Sobre el tema, Nadia Caballero, especialista en otorrinolaringología, y rinóloga, del Centro Nasal y de Senos Paranasales de Chicago, dijo a Granma que no cree exista la suficiente evidencia científica para que se tomaran esas medidas «tan bruscas».

No se ha contado con información precisa que permita llegar a conclusiones, manifestó.

El doctor cubano Adolfo Hidalgo, jefe del Departamento de Otorrinolaringología del Centro Nacional de Cirugía de Mínimo Acceso, anunció la próxima realización de un intercambio con diez reconocidos otorrinolaringólogos estadounidenses que desafían las campañas difamatorias contra Cuba.

En la cita se hizo la convocatoria para participar en un foro online titulado «Intercambio científico sobre los supuestos ataques acústicos ocurridos en La Habana», el cual se llevará a cabo este miércoles 15 de noviembre desde las 09:00 a.m. hasta las 15:00 p.m. y el jueves 16, a partir de las 10:00 a.m. en el sitio web Red Cubana de la Ciencia (supuestosataques.redciencia.cu).

Aunque los primeros incidentes alegados se remontan a noviembre del 2016, no fue hasta el 17 de febrero del presente año que el Departamento de Estado y la Embajada de Estados Unidos en La Habana informaron por primera vez, al Ministerio de Relaciones Exteriores y a la sede diplomática de Cuba en Washington sobre la ocurrencia de los presuntos ataques.

Desde la primera notificación, las autoridades cubanas asumieron con suma seriedad las informaciones trasladadas por los estadounidenses. Se desarrolló una exhaustiva investigación, indicada por la máxima dirección del gobierno cubano, en la que se desplegaron múltiples acciones de instrucción, periciales, técnicas y operativas, para esclarecer los presuntos hechos en un área novedosa, pues no existen precedentes de este tipo de agresiones en Cuba, ni en otras partes del mundo.

El pasado 4 de noviembre, la cadena Russia Today transmitió una entrevista con el Dr. Mitchell Joseph Valdés Sosa, director general del Centro de Neurociencias de Cuba y uno de los expertos cubanos que participó en la amplia investigación realizada por las autoridades de la Isla.

«La intención fue crear un grupo multidisciplinario que pudiera abordar distintos aspectos, incluso, algunos que fueron sugeridos por la propia parte cubana. Porque frente al reporte de que hay un grupo de personas que se enferman, que tienen algún tipo de afectación, evidentemente hay que examinar todas las hipótesis», dijo Valdés Sosa a la televisora respecto a la conformación del grupo de investigación.

«Se creó un grupo que podía abordar de una forma completa y desde distintos ángulos cualquier cosa que hubiera podido ocurrirle a este grupo de diplomáticos porque se partió de la base de examinar la verdad, o sea, tratar de encontrar una explicación real que pudiera explicar por qué estaba un grupo de personas reportándose como que sentían algún tipo de enfermedad», añadió.

El gobierno de Estados Unidos también ha manejado públicamente que sus diplomáticos habían presentado variedad de síntomas como: náuseas, mareos, dolor facial, dolor abdominal, afectación auditiva, problemas cognitivos e incluso daños cerebrales, experimentados en circunstancias y contextos muy diversos, lo que hace suponer el presunto empleo de múltiples dispositivos.

El especialista cubano consideró muy difícil llegar a una conclusión firme sobre qué cosa fue lo que pasó con la pobreza de información que entregó la contraparte norteamericana.

«Nosotros estuvimos viendo los datos clínicos que son muy superficiales, no hay elementos de ninguna prueba objetiva», refirió.

«Por ejemplo, el criterio de pérdida auditiva o defectación auditiva, el criterio de verdad, es un audiograma, es una curva donde se expresa el grado de pérdida auditiva por cada una de las frecuencias del espectro que se puede oír y eso es lo que permite incluso identificar cuál es la causa del problema. Esa curva en distintas causas de pérdida auditiva va cobrando forma. No es lo mismo una pérdida auditiva en las bajas frecuencias que en las grandes frecuencias que en la forma uniforme y esa información no se entregó», añadió. «Es muy difícil investigar un hecho de forma seria sin datos».

El experto cubano se pronunció sobre las especulaciones de los medios de comunicación respecto a que los ataques se podrían haber llevado a cabo con sonidos no audibles, es decir, que el oído humano no puede captar por estar fuera de la frecuencia que va de los 20 Hz a los 20 000 Hz.

«Ahí tiene dos regiones: el ultrasonido, que son sonidos de muy alta frecuencia que van por encima de lo que se puede escuchar por el oído humano, o el infrasonido, que son frecuencias muy lentas», refirió. «Ambas también es totalmente imposible usarlas, no es posible pensar que puedan existir ataques selectivos dirigidos a personas con estos tipos de sonidos. El ultrasonido se disipa muy rápidamente, cualquier barrera lo atenúa velozmente y a distancia se atenúa muy rápidamente y, por tanto, la idea de que un diplomático estuviera en una habitación y desde el exterior alguien lo agrediera es imposible. Con ultrasonido la intensidad del sonido para producir un daño auditivo no podría llegar. El infrasonido tiene el problema de que como es una actividad muy lenta, que tiene una longitud de onda muy grande, no es posible dirigirlo».

Desde el punto de vista físico, añadió, muchos científicos en el mundo nada más que por las noticias que han salido en la prensa han llegado a esta conclusión: un ataque acústico no es posible, no tiene ninguna base.

«Examinamos otras hipótesis, por ejemplo, la posibilidad de una intoxicación que provocara algún tipo de síntoma. Pero el problema es que los casos se fueron presentando a lo largo del tiempo, con una dispersión en el tiempo que en general una intoxicación masiva, algún alimento contaminado o algo por el estilo (aunque en lo general los alimentos no producen, las intoxicaciones alimentarias, no producen este tipo de efecto). Se pensó en una posible infección porque en definitiva en toda el área del Caribe están circulando nuevos virus que se están introduciendo como el zika, el chikunguña y otros, pero no producen este cuadro y además de nuevo: el patrón dilatado en el tiempo que se fue presentando no es compatible con esa explicación», dijo.

«Por tanto, realmente después de haber revisado todas las causas posibles médicas de la sintomatología referida: el malestar, mareo, náuseas, las molestias auditivas y la supuesta conmoción cerebral, no hay explicación médica coherente. Los expertos internacionales con los que hemos intercambiado coinciden con nosotros. Hemos consultado con neurofisiólogos, neurólogos, físicos norteamericano y europeos y no hay una explicación realmente coherente de este conjunto de incidentes que se ha reportado».

Valdés Sosa puntualizó que el resultado cubano no niega que algunas personas se hayan sentido mal, pues eso sería insensible en caso de que realmente hayan presentado los síntomas: «Lo que estamos diciendo es que las explicaciones que se dieron de armas sónicas y otras explicaciones médicas que examinamos nosotros no explican las sintomatologías».

Realmente una investigación seria debió haber partido de compartir más información, haber creado un equipo bilateral médico científico, puntualizó. «Pudimos haber invitado a terceras partes, agencias internacionales a evaluar».

Añadió que una investigación cuidadosa probablemente hubiera llegado a la conclusión de que no había razón para proceder como lo hizo el gobierno de los Estados Unidos, cortando su personal diplomático, dijo. «Esto juega con los intereses de algunos sectores que quieren deteriorar las relaciones entre Cuba y Estado Unidos», concluyó.

Científicos de renombre internacional y expertos de centros de investigaciones de alto nivel se han pronunciado en diversos medios de comunicación sobre los supuestos incidentes acústicos en Cuba:

Collen G. Le Prell, audióloga, directora del programa de audiología en la Universidad de Texas en Dallas: «la comunidad de audiólogos se pregunta cuál podría ser la causa de los síntomas descritos, pues nadie tiene una buena explicación para ello... la aparición repentina de pérdida de la audición sin que exista una fuente audible, es muy inusual».

John Oghalai, otorrinonaringólogo, director del Departamento de Otorrinolaringología, en la Universidad del Sur de California:  «parece difícil de creer que exista un equipo de este tipo…para que un arma sónica cause pérdida de la audición la persona tiene que escuchar el sonido».

Nandini Iyer, audióloga, investigadora de la rama de la audiología en el Laboratorio de Investigaciones de la Fuerza Aérea estadounidense: «no existen muchas evidencias sobre el impacto en la salud humana de los sonidos ultrasónicos o infrasónicos».

Seth Horowitz, especialista en neurociencias y autor del libro El sentido universal. Cómo la audición modifica la mente: «no existe ningún fenómeno acústico en el mundo que pueda causar los síntomas que han sido descritos…  ningún equipo conocido que sea inaudible e indetectable podría tener las propiedades atribuidas a estas armas sónicas».

Andrew Oxenham, psicólogo del Laboratorio de Percepción y Cognición Auditiva de la Universidad de Minnesota: «no puedo explicarme de ninguna manera que la enfermedad y la pérdida de audición estén relacionadas con un sonido…  no hay forma de que un dispositivo acústico cause daño auditivo usando sonidos inaudibles. No se puede estimular el oído interno de una manera que podría causar daño… la única manera en que podría suceder es a través de la distorsión, lo cual entonces haría que el sonido fuera claramente audible, así como muy fuerte». En cuanto al infrasonido, dijo: «el tamaño de los altavoces necesarios para generar un infrasonido como ese sería difícil de ocultar».

Joseph Pompei, experto en psicoacústica; ex investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MTI): «el daño cerebral y conmociones, no es posible… alguien habría tenido que sumergir la cabeza en una piscina repleta de poderosos transductores ultrasónicos».

Cinco incongruencias de los supuestos ataques sónicos

01.  Para causar daños con sonido audible la intensidad debe ser tan alta como la turbina de un avión y es imposible que sus efectos pasen desapercibidos.

02.  Los científicos ponen en duda que el ultrasonido o el infrasonido (aquellos que no son detectados por el oído por estar fuera del rango de audición), puedan ser utilizados como armas. El ultrasonido se disipa rápidamente y el infrasonido es muy difícil de dirigir, afectando áreas completas.

03.  Los ataques tendrían que haber tenido una precisión láser para afectar a una persona en específico y no causar efecto alguno en las otras.

04.  La conmoción cerebral o los problemas cognitivos reportados por la parte estadounidense no tienen ningún referente clínico en eventos vinculados con sonidos.

05.  Cuba, amenazada de guerra o en momentos de gran tensión, jamás optó por el camino de agredir a diplomáticos de ninguna nacionalidad. ¿Qué sentido tendría hacerlo después de tomar la decisión soberana de restablecer los nexos con Washington?



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