Frei Betto: "La educación escolar a tiempo completo es un derecho universal que debe ser
asegurado por el Estado a toda la población". (Foto:PL)
La Habana, 3 feb (RHC) Un vívido retrato de la educación en tiempos de pandemia, con alta definición de las luces y sombras proyectadas a escala planetaria, ofreció el teólogo brasileño Frei Betto en la jornada final del Congreso Internacional Pedagogía 2021.
Cercana ya la despedida, fue la disertación de este intelectual brillante, amigo entrañable del Comandante en Jefe Fidel Castro y de la Revolución cubana, y pedagogo formidable, el mejor de los regalos a los más de 900 delegados de Cuba y otros 27 países a la edición número 17 de estos encuentros “Por la unidad de los educadores”.
Si fue imposible ver una sala repleta y al auditorio aplaudir de pie, delirante, hasta doler las manos, hay que culpar a la COVID-19, responsable de que por vez primera en la historia de estas citas, iniciadas en 1986, la red de redes haya tenido que ser el lugar de reunión y no el Palacio de Convenciones de La Habana.
No obstante, desde toda Cuba, América Latina y más allá, “llovieron” los mensajes vía chat de legiones de conectados para expresar su total coincidencia con lo expuesto por Frei Betto, insistir en alguna de sus ideas, comentar sobre la situación global y en sus respectivos países y, sobre todo, para felicitar, agradecer y desear, como el invitado, que el reencuentro sea pronto y no a distancia.
El sistema escolar mundial no estaba preparado para lidiar con una enfermedad que nos exige distanciamiento físico y aislamiento social por un largo periodo, afirmó el conferencista, como también que, forzada a pasar del universo presencial al virtual, la educación tuvo que recurrir a herramientas tecnológicas a las cuales, por falta de recursos, no pueden acceder rápidamente muchos alumnos, en especial los que asisten a las escuelas públicas.
La desigualdad social influye significativamente en el acceso a las tecnologías de la comunicación, hay estudiantes que ni siquiera tienen condiciones para conectarse a internet, la exclusión digital es un nuevo fenómeno social y es ya considerada una violación de los derechos elementales, recalcó.
Pero, incluso para aquellos que sí disponen de los recursos necesarios, ha resultado difícil adaptarse a la nueva realidad digital, por lo monótono de seguir una clase remota por un celular, la imposibilidad del contacto directo con los profesores y compañeros de aula, expresó Frei Betto.
Llamó asimismo la atención acerca de que la mayoría de los profesores no estaba preparada para impartir clases a distancia, ni tampoco la generalidad de las familias para convertirse en auxiliares de los profesores y ver de repente el hogar convertido en escuela.
Claro que de la crisis global habló y del drama cotidiano de millones de seres humanos lanzados a la pobreza extrema, la inequidad, la injusticia y las ya enormes desigualdades sociales agudizadas por la pandemia, y también de los lados oscuros de la educación a distancia, entre estos, favorecer el individualismo en el trabajo escolar.
Sin embargo, luces hay también, y el teólogo brasileño insistió en la necesidad de no alimentar la nostalgia por cómo era la escuela antes de la COVID-19, aprovechar las tantas lecciones de estos tiempos e incorporar la enseñanza remota a los recursos pedagógicos, como modalidad que puede tener efectos positivos, incluido el protagonismo del alumno en su propio proceso de aprendizaje.
Y concluyó Frei Betto: “Con o sin pandemia, predominando la enseñanza presencial o a distancia, el combate al más grave problema de la humanidad --la desigualdad social-- exige que nos empeñemos todos en la lucha permanente por la escuela pública, gratuita y laica. La educación escolar a tiempo completo es un derecho universal que debe ser asegurado por el Estado a toda la población”.
Con una relatoría de lo acaecido en los tres días de sesiones virtuales y la convocatoria a un próximo encuentro “Por la unidad de los educadores”, concluirá en la tarde-noche de este miércoles Pedagogía 2021. (Fuente: ACN)