Aire frío de origen ártico en Cuba

Editado por Maria Calvo
2022-12-24 03:37:51

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Frío en Cuba

La Habana, 24 dic (RHC) Tras el predominio de días cálidos en las tres primeras semanas de diciembre, a partir de hoy sábado las temperaturas deben descender de manera apreciable y es probable que en el transcurso de los próximos tres días se reporten los valores más bajos de la presente temporada invernal en el país.

Quizá pueda pensarse que un descenso tan pronunciado de esa variable meteorológica no ocurre desde hace varios años, pero si indagamos en el comportamiento del anterior invierno 2021-2022, comprobamos que no fue así.

En la madrugada del 31 de enero pasado, la estación de Bainoa, provincia de Mayabeque, registró una mínima sumamente significativa de 2,8 grados Celsius.

Incluso, se observó escarcha en los campos de la localidad, lo que en opinión del doctor José Rubiera, obedeció a que en la superficie o muy cerca de ella, la temperatura debió haber descendido a cero grados, pues solo así se explica la formación de este fenómeno natural.

Durante esa propia jornada hubo registros notablemente fríos en otras localidades de las provincias occidentales y centrales, como los de 3,2 grados en el aeropuerto internacional José Martí; 3,5 en Unión de Reyes y 3,7 en Tapaste.

En la capitalina estación de Casablanca la temperatura mínima fue de 9,9 grados, una de las que más se ha acercado en las últimas cuatro décadas al récord absoluto de 8,5 grados, que data del 11 de enero de 1970.

Indagando en los archivos salta a la vista que después del récord nacional de frío, de 0,6 grados en Bainoa (18 de febrero de 1996), las temperaturas más bajas conocidas en Cuba son las de 1,0 grados, en Unión de Reyes, y 1,2, en Indio Hatuey (21 de enero de 1971); 1,8 en Güira de Melena (11 de enero de 1970), y 1,9 en Colón (15 de diciembre de 2010).

Llaman la atención las acentuadas condiciones invernales prevalecientes en buena parte del mes de diciembre de 2010, cuya temperatura media clasificó como la cuarta más baja ocurrida en el archipiélago cubano en más de seis décadas, detrás de febrero de 1958, enero de 1981 y enero de 1956.

Visto de manera específica, en ese propio diciembre hubo dos jornadas destacables. La primera tuvo lugar el día 15, cuando se establecieron 31 récords de temperatura mínima mensual, mientras la otra se produjo el 28, al notificarse 32 estaciones meteorológicas con valores inferiores a los diez grados.

Uno de los testimonios referidos a la presunta existencia de temperaturas por debajo de cero grado en Cuba lo plasmó en 1800 el Barón Alejandro de Humboldt, al mencionar en sus anotaciones que vio «heladas» en lugares cercanos de La Habana.

Igualmente, observaciones realizadas por el sabio cubano Andrés Poey y Aguirre (precursor de la meteorología científica en la Mayor de las Antillas), recogidas en un trabajo investigativo sobre su obra, escrito por el fallecido meteorólogo Roberto Ortiz Héctor, enfatizan en la crudeza del invierno de 1845, al comentar que hubo escarcha en las inmediaciones de la ciudad de ¡Santiago de Cuba!

Señala, además, que en San Diego Núñez, a unas 28 leguas de La Habana, se congeló el aceite contenido en las lámparas del alumbrado público, algo impensable para los cubanos de hoy.

Lo más llamativo de los apuntes de Poey es su referencia a la caída de nieve en una cima montañosa del occidente cubano, en enero de 1852, suceso que, en opinión de los especialistas consultados por Granma, solo podría suceder bajo el predominio  de condiciones meteorológicas extremas y anómalas, porque en su avance hacia el sur, las masas de aire muy frío de origen ártico, que procedentes de Norteamérica llegan a influir sobre nuestro país, son atenuadas por las aguas más cálidas del golfo de México y el Estrecho de la Florida.

Pero existen indicios de que en épocas lejanas, las temperaturas en el archipiélago cubano fueron inferiores al punto de congelación en determinados periodos.

Investigaciones realizadas por Jesús Pajón Morejón, especialista del Departamento de Paleogeografía y Paleobiología del Museo Nacional de Historia Natural, perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), permitieron obtener novedosos registros isotópicos y curvas de paleotemperaturas, con mayor precisión y resolución para los últimos 125 000 años, en la zona occidental de Cuba.

Ello propició detectar la ocurrencia de eventos climáticos no reportados antes en nuestro país, entre ellos un intenso episodio de frío seco denominado Younger Dryas, que tuvo lugar en altas latitudes del hemisferio norte hace 12 000 o 11 000 años.

Como muestran los resultados del estudio, que forma parte del Proyecto Nacional de Cambio Climático en Cuba, la temperatura media estimada fluctuó en el orden de los siete y nueve grados Celsius.

Tomando en consideración ese dato, es muy probable que de forma puntual ocurrieran en la Mayor de las Antillas mínimas extremas significativamente inferiores a los valores referidos.

Hasta hoy, la temporada invernal 2022-2023 no ha tenido ningún marcado descenso de las temperaturas. Veremos si ese escenario cambia en la última semana de diciembre o habrá que esperar por enero y febrero, los dos meses más fríos del calendario en nuestro país.

La temporada invernal 2020-2021 ha sido la de más tardío comienzo en Cuba, desde 1916 a la fecha, al entrar el primer frente frío el 30 de noviembre.
Atendiendo a la fuerza del viento máximo medio sostenido, los frentes fríos se clasifican en débiles (menor a 35 kilómetros por hora), moderados (de 36 a 55 km/h), y fuertes (si superan los 55 km/h).

El promedio de frentes fríos por temporada ronda los 19,5, mientras el récord de mayor cantidad es de 35, establecido en  la temporada de 1976-1977.
El frente frío puede estar precedido por líneas de tormentas eléctricas con lluvias y vientos fuertes, caída de granizos y otras condiciones de tiempo severo, en particular los asociados a bajas extratropicales. (Fuente: diario Granma)

 



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