Participan artistas e intelectuales cubanos en acto recordatorio de discurso de Fidel Castro hace 55 años

Editado por Julio Pérez
2016-07-01 07:19:13

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Biblioteca Nacional de Cuba. Sede de la reunión

La Habana, 1 jul (RHC) La misma sala de la Biblioteca Nacional José Martí, donde fueron pronunciadas por el Comandante en Jefe Fidel Castro, el 30 de junio de 1961, las Palabras a los intelectuales, volvió a reunir, 55 años después, a algunos de los entonces descollantes escritores y artistas cubanos. A esta celebración, que marca un momento cumbre de la historia de la cultura patria, se sumaron crea­dores de las actuales generaciones, destaca el diario Granma.

Con particular énfasis en la figura de Armando Hart Dávalos, actual presidente de la Sociedad Cultural José Martí, y uno de los más importantes gestores de la política cultural revolucionaria, las palabras introductorias de la velada, a cargo de la locutora Rosalía Arnáez, destacaron además la presencia en el acto de Abel Prieto, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Mi­nistros; Julián Gon­zález, ministro de Cultura; Ignacio Ramo­net, destacado periodista es­pañol, entre otros directivos de instituciones culturales y Premios Na­cionales de diferentes áreas del mun­do artístico.

Una mesa integrada por Eduar­do Torres Cuevas, director de la Bi­blioteca Nacional; Miguel Barnet, presidente de la Uneac; Eldys Ba­ratute, del secretariado nacional de la Uneac, y Lilian Mendoza, presidenta de la Brigada de Instructores de Arte José Martí, departieron desde diversos ángulos la significación y validez del documento, que más que una alocución vertical fuera un previo diálogo donde quedaran establecidos los principios por los que se regiría la política cultural de la naciente Revolución Cubana.

Torres Cuevas recordó la esencia de aquel discurso en el que quedaban esbozados los retos que debía asumir la intelectualidad en una so­ciedad en la que se planteaba una profunda transformación y resaltó que aquel acto se convirtió en un cuerpo permanente de ideas, que ha sufrido profundizaciones y redefiniciones siempre fieles a la esencia de aquel extraordinario movimiento nacido del debate, donde se asentaron estrategias puestas en marcha durante estas décadas.

Baratute, joven médico devenido promotor cultural, centró su intervención en el orgullo y certeza de que se entregaba ahora a una de las más nobles causas al reorientar su desempeño social al trabajo con la cultura. Sobre el líder de la Re­vo­lución destacó que ha sido el promotor cultural del arte en función de todos y que soñó un país desde la cultura y para ella.

Mientras, la joven Mendoza, a la altura de sus 23 años, expresó  que pertenecer a esta generación y a este grupo de instructores que llevan el arte a la vida de cada estudiante cu­bano, significa un compromiso y que entre los efectos que esas palabras aún tienen está apostar por la preservación de lo conquistado y por la defensa permanente de la cubanía.

Barnet, cuyas palabras anecdóticas cerraron el panel, remarcaron la grandeza del Comandante en Jefe, quien inmerso en un complejo escenario político de intentos de desestabilización de la Revolución triunfante, se detuvo a hablar con los escritores y artistas porque le preocupaba lo que iba a pasar con el arte.

Siendo el más joven de los intelectuales presentes entonces allí —dijo Barnet— había apreciado la talla del líder y comprendido que la Re­vo­lución era más grande que nosotros mismos. Destacó entre las frases medulares que aprendió que defender la Revolución es defender la cultura, y rememoró los empeños de Fidel por sumar siempre todo aquello que pudiera engrandecerla. Co­mo una de las divisas  primordiales  aprendidas del Comandante en Jefe consideró su valentía ilimitada, esen­cial para asumir los cambios que tendrían lugar a partir de entonces. “Fidel nos enseñó a perder el mie­do”, concluyó.



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