Naciones Unidas, 25 mar (RHC) Casi 87 millones de niños menores de siete años en el mundo vivieron toda su vida en zonas de conflicto, una situación que afecta su desarrollo cerebral, reveló un reporte de Unicef.
Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), los primeros siete años resultan clave para el desarrollo cerebral, una etapa en la cual existe el potencial para activar mil neuronas por cada segundo, las que a su vez pueden conectarse con otras 10 mil una enorme cantidad de veces por segundo.
Por tanto, las guerras ponen en peligro el futuro de los pequeños, a partir de su impacto en las conexiones cerebrales, que sirven para definir su salud, bienestar emocional y habilidad para aprender, advirtió la agencia especializada.
Unicef recordó el trauma al que se exponen los menores de siete años cuando viven en escenarios de conflicto, donde la violencia genera estrés y con ello la inhibición de las conexiones cerebrales.
Las consecuencias irreversibles son significativas, sobre todo en el desarrollo cognitivo, social y físico, señaló.
De acuerdo con la experta de Unicef Pia Britto, las afectaciones emocionales constituyen una condición muy negativa, por las cicatrices que dejan.
Los conflictos no solo roban a los niños su seguridad, familia, amigos y rutina de juegos, también sus posibilidades de aprendizaje, con un impacto devastador en la economía y la sociedad, subrayó.
Unicef llamó a multiplicar las inversiones dedicadas a los pequeños, en particular a los azotados por la guerra.
Los niños nacen con 253 millones de neuronas funcionales, pero que su cerebro alcance la total capacidad de mil millones de neuronas conectables depende en gran medida del desarrollo temprano de la niñez, según estudios científicos.